Hace ya casi un mes, subía por el ascensor tras pasear a mi perra, miré hacia abajo y sentí un dolor desgarrador que me cortaba la respiración. No podía mover la cabeza, apenas podía andar sin que sintiera como si mis pies estuvieran enganchados a mi cuello, paso que daba, pinchazo al cuello.
Como pude, desperté a mi pareja y me llevó a urgencias, qué dolor, creo que jamás antes había sentido un dolor tan fuerte: Diagnóstico: Tortícolis; tratamiento: Diazepan, ibuprofeno, collarín, calor y reposo. Sentimiento: Impotencia.
Como pude, desperté a mi pareja y me llevó a urgencias, qué dolor, creo que jamás antes había sentido un dolor tan fuerte: Diagnóstico: Tortícolis; tratamiento: Diazepan, ibuprofeno, collarín, calor y reposo. Sentimiento: Impotencia.
El tortícolis es un episodio agudo que normalmente viene precedido de algún tipo de agresión en la zona. Es una contractura del esternocleidomastoideo, el trapecio u otros músculos cervicales probablemente relacionada con una lesión leve del músculo o del ligamento cervical profundo.
El causante de mi dolor fue el esternocleidomastoideo, pero no tardó nada el trapecio, en unirse a la fiesta y a complicarme la existencia.
Como agresión no tenemos que imaginarnos un movimiento brusco o algo demasiado elaborado, a veces una exposición al aire acondicionado, dormir en mala postura o una posición errada, mantenida en el tiempo, puede desencadenar este dolor tan insoportable y molesto.
En mi caso, fue un cumulo de circunstancias, empezando con tensiones emocionales (estrés, tensión laboral, preocupaciones, futuro, vivir acontecimientos deseados y esperados desde hace meses.. ) pasando por actividades de ocio (días antes estuve en un parque temático donde casi pierdo la cabeza) finalizando con un tratamiento manipulativo ( el cual requiere después, un par de días de reposo pero que yo no pude hacer debido a que no pude dejar de ir a trabajar), así que lo hizo mi cuerpo por mí, me paró y en seco.
Casi podía escuchar a mi cuerpo decirme: ¡Ves bonita, llevo tiempo avisándote y como no me has hecho caso ¡Zass!
En alguna ocasión ya lo he dicho: "En casa del herrero, cuchillo de palo". Me paso el día enseñando a la gente a prevenir, a cuidarse, los trato, les riño cuando una y otra vez veo que siguen con sus malos vicios, les digo: Vigila, que todo suma, que un día por una chorrada como ir a recoger un boli del suelo, hará que te quedes enganchando/a... porque no hace falta hacer una salvajada, solo ir sumando...
Y yo me olvidé de restar, de cuidarme a mí, me olvidé de parar y escuchar lo que me cuerpo me pedía a gritos: Para, relájate y descansa
Yo estoy aplicándome el discurso que les hago a mis pacientes y alumnos que tanta tensión no es buena
Rodearos de profesionales y sobre todo…
Mímate!!!
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